Ética y Psicología
Ana María Jurado

Este aspecto que se conoce como participación activa por parte de las personas a quienes atendemos, involucra reconocer el derecho que la persona atendida tiene a participar en decisiones fundamentales, contar con la información adecuada y necesaria, evaluar con los clientes los beneficios y daños que el trabajo psicológico pueden acarrear, como por ejemplo los costos económicos, la ruptura de relaciones familiares cambios laborales, etc.

Como se puede apreciar entonces, el cuidado competente abarca esa preocupación por el bienestar, ese cuidado por no hacer daño, el desarrollo y mantenimiento de la competencia personal, así como también el autoconocimiento respecto a nuestros propios valores, actitudes, experiencias y contexto social que tengamos, porque definitivamente y según se ha comprobado, influimos en las personas con quienes trabajamos.

¿Qué beneficios tiene para el profesional adherirse a este principio?

No me cabe la menor duda que la adhesión a este principio redunda en la prestación de servicios de excelencia y por lo tanto, en una satisfacción personal a nivel profesional; así como también, en el crecimiento a nivel económico. Afortunadamente cada vez más el público está informado acerca de sus derechos y requieren y muchas veces exigen servicios de calidad. Una colega me comentaba como uno de sus clientes antes de iniciar el trabajo profesional le preguntó cuál era su orientación y y cuáles eran sus certificaciones a nivel profesional. Con la mayor naturalidad la profesional y le dio la información requerida. Estamos conscientes que eso no es lo que generalmente sucede, sin embargo, la calidad de los servicios prestemos y el cuidado responsable está por encima de aspectos como la raza, la edad, la orientación sexual y la condición económica.

Los empleadores también pueden salir beneficiados mediante este segundo principio del código de ética, puesto que están en el derecho y en el deber de solicitar a su futuro contratado el respaldo certificado de su preparación así como su habilitación para el ejercicio de la profesión otorgada por el Colegio de psicólogos de Guatemala.

Como vemos existe un enlace entre la preparación, la habilitación y el ejercicio profesional, así como también,con el resto de los principios y lineamientos que contienen el código de ética. Se trata de un todo coherente, que pretende dignificar la profesión y responder a las necesidades actuales de la sociedad. Más aún, en una sociedad como la nuestra en la que el ejercicio de la profesión se da dentro del contexto de una población heterogénea, la cual forma parte de una nación que, por principio constitucional, está definida como multicultural, plurilingüe y multiétnica.

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